Son las...

Blog dedicado a Fanfics en español de Vampire Academy.
Por Maris Belikov.

sábado

CdHs - Capítulo 1


Me desperté a la mitad de la noche, estaba sudando y temblando. Cerré los ojos un momento tratando de que las imágenes se fueran.

- Solo fue una pesadilla, no era verdad - me dije, y es que solo el recordarlo, salte de mi cama y mire el reloj - Genial 3:48 pm.

Me puse unos jeans, que encontré tirados, una blusa, abrí mi ventana y salte, bueno no salte exactamente, pero tenía mucha experiencia en eso de salir por mi ventana. Excepto aquella vez en la que la Sra. Karp me curo, nunca he tenido ningún problema en escaparme para ir a fiestas o salir con chicos, solo que eso era algo que ya no hacia.

No ahora la única razón por la que escapaba por mi ventana era para escapar de pesadillas ó de Lissa y sus aventuras sexuales, consideradas a mi gusto también pesadillas, y es que porque nunca podía esperar para hacerlo como una persona normal en horarios normales, y ademas hacerlo con Cristian.

Comencé a caminar apartando rápidamente esas imágenes de mi mente, ademas ahora Cristian no era tan odioso como antes, supongo que el que los dos nos preocupáramos por Lissa nos había unido, y también el haber convivido con él durante los últimos días, siendo su guardiana en las experiencia de campo, me hizo darme cuenta de que no era tan malo como creía, aunque claro aun había veces en las que los dos peleábamos por la atención de Lissa.

Ya habían pasado 3 días desde el ataque a la Academia, y aún se podía ver los restos del ataque, mire hacia arriba y deje que el sol me calentara un poco, amaba el sol, era una lastima que casi no pudiera verlo por estar dormida, y es que en nuestro mundo los Moroi, no son muy tolerantes a los rayos del sol, y yo, bueno yo soy una Dhampir, soy mitad humana es por eso que el sol no me afecta como a ellos.

Me quede ahí sentada en la hierba, sumida en mis pensamientos y es que todo me recordaba al ataque, no importaba a donde volteara seguía viendo cuerpos tirados, desangrándose, heridos o muertos. Había tantos cuerpos, Moroi, dhampirs y Strigoi, que aun me daba escalofríos.


Los Strigoi se habían llevado a varios de los nuestros, 13 en total, Moroi y dhampirs. Estaba enojada, creo que en parte era porque la oscuridad de Lissa me estaba afectando.

Ya habían averiguado donde estaban, una Moroi pequeña había logrado escapar y antes de caer inconsciente, había logrado decirle a algunos de los guardías hacia donde los habían llevado.

Yo estaba furiosa, la fabulosa Janine, mi madre, la cual no supe cuando había llegado, decidió ser ahora una buena mamá y no dejarme participar en el rescate sin importarle que yo ya había matado algunos Strigoi junto a Cristian.

Empecé a hacer un plan para colarme con los guardia cuando una mano se poso sobre mi hombro. Voltee a ver a quien iba a golpear, por haber interrumpido mi plan, cuando me tope con unos hermosos ojos cafés.

- Roza, tranquila. Vamos a recuperarlos, te lo prometo.

- Eso ya lo se, pero no es eso, yo también quiero ir. Quiero ayudarlos.

- Lo se pero no es seguro, aún no sabemos que esperar de esas cuevas y tampoco sabemos cuantos Strigoi ahí, por lo que sabemos podría haber unos 70 – me dijo Dimitri con ojos serios, y su mascara de guardián puesta.

- Es por eso que quiero ayudarlos, no lo entiendes ellos se llevaron a Eddie, y no puedo perderlo a él también, no después de Mason – llore.

Dimitri puso sus manos sobre mis hombros, tratando de reconfortarme, estábamos rodeados de guardanes y alumnos, y no podíamos llamar la atención.

- No vas a perderlo, ya te lo dije los vamos a recuperarlos, pero no es seguro para ti que vayas con nosotros.

- Quien diablos crees que eres para decidir si voy o no, mi madre. No me importa lo que digan, yo voy a ir.

- Roza, cálmate – me miro con sus ojos preocupados y llenos de amor.

Entonces recordé la cabaña, como me había mirado cuando me invadió la oscuridad, y lo preocupado que estaba y me relaje un poco. Sus manos aun estaban en mis hombros, haciendo que mi cuerpo temblara como gelatina y tuviera mariposas en mi estomago.

- Rose quiero que vayas ahora mismo a los dormitorios con los otros y te quedes ahí, me escuchaste – grito mi madre, haciendo que Dimitri y yo saltáramos.

Hice rodar mi ojos y me dirigí hacia los dormitorios. Me tope con Nina en el camino, quien me dio una sonrisa triste, Nina era una dhampir que había sido trasladada a la Academia pocos días atrás, cuando su familia había sido atacada por Strigoi, sentí pena por ella, después de haberse salvado del ataque a su familia ahora vive otro ataque.

Al llegar a los dormitorios decidí ver donde estaba Lissa, la encontré caminando de regreso a su dormitorio, iba junto a Cristian y Adrián, había estado en la clínica ayudando a los heridos, se sentía cansada y hambrienta después de haber curado a muchos de los heridos.

Salí de su mente y decidí que la dejaría descansar un poco y en la mañana la visitaría. Ya habían pasado varias horas desde la ultima vez que la había visto. Y es que Dimitri no había querido que me acercara mucho a ella cuando estuviera usando el espíritu.


Debí de haberme quedado dormida, porque sentí unos golpecitos que me hicieron abrir los ojos, era Nina. Ya no había sol, estaba todo oscuro.

- Los guardianes ya llegaron. Pensé que querías saber que Eddie está bien, al igual que tu mamá - me dijo con una sonrisa.

Le devolví la sonrisa.

- Gracias.

Después me di cuenta de que no había mencionado a Dimitri, aunque claro ella no podría saber acerca de Dimitri y de mi, para todos en la Academia, incluyendo Lissa, Dimitri solo era mi mentor.

De todos modos decidí ir a buscarlo, ya había pasado mucho tiempo sin él. Y necesitaba verlo, lo extrañaba, además después de un día tan horrible quería que él me reconfortara, con uno que otro beso, tal vez podríamos regresar a la cabaña. . .

- ¿¡Rose!?

- ¡Eddie! – lo abrace – ¿Cómo estas?, ¿Estas bien?

- Hey, tranquila, me estas sofocando.

- Oops, lo siento – lo solté, y lo observe, tenía muchos moretones visibles por todo el cuerpo, aun seguía con la misma ropa, así que estaba muy sucio y cubierto de sangre - ¿Cómo te encuentras?

- Muy bien, gracias. Estoy perfecto - me dijo con una leve sonrisa y con sus ojos llenos de dolor, pude ver como esto lo hacia recordar a Mason, y la vez en la que fuimos capturados.

- Me alegra que estés bien – le dije.

- Si, descuida yo estoy bien, eran demasiados Strigoi y a muchos de nosotros no les fue tan bien como a mi.

- ¿Qué quieres decir? - le pregunte cuando vi preocupación en ojos.

- Perdimos a algunos guardías, ademas de que no se encontraron dos cuerpos, por lo que suponen que fueron convertidos - dijo con ojos tristes - Ademas de que algunos guardianes resultaron gravemente heridos, en estos momentos los están atendiendo.

- Eddie, ¡Oh, por Dios, estas bien! - Lissa se abalanzo sobre él para curarle las heridas, después se volvió hacia mi - Buenos días, dormilona, no te he visto desde ayer, incluso te saltaste el desayuno, raro en ti.

Le sonreí y la abrace, venía con Cristian y Adrian, quien solo me miraba, como asegurándose de que estuviera bien, le iba decir que dejara de mírame cuando Cristian hablo.

- Entonces Rose, ¿cómo está Belikov?.

Lo mire, con los ojos abiertos, no podía ser posible que él supiera acerca de mi y Dimitri, talvez Adrian se lo había dicho, pero eso era poco probable ya que apenas y se hablaban desde el incidente en la cafetería. Entonces, ¿cómo pudo haberse enterado acerca de nosotros, se habrá dado cuenta de la forma en la que nos mirábamos después del ataque?

- ¿Belikov? - pregunto Lissa.

- Así es - dijo Cristian - Venía de los comedores cuando lo escuche, lo atacaron en las cuevas y está muy grave ahora. Está en la clínica y parece que. . .

Deje de oírlo y todo se volvió negro, salí corriendo a la clínica, Lissa me grito y corrió detrás de mi junto con los otros, pero yo era mas rápida. Cuando llegue mi madre estaba ahí, junto con otros guardías, la observe, no estaba herida, talvez uno que otro rasguño pero nada grave.

Me acerque a ella y le pregunte por Dimitri. Como siempre se veía sorprendida de verme pero me dijo donde estaba y se volvió hacia los otros guardías. Llegue al cuarto donde lo tenían, y lo que vi hizo que mi corazón se rompiera en mil pedazos, mi cabeza diera vueltas y mis pies se quedaran inmóviles.

Él estaba en la cama, tenía muchos tubos conectados, y había un monitor junto a él. Estaba herido, tenía contusiones por todo el cuerpo, su cara estaba toda hinchada. De pronto la puerta se abrió y una enfermera entro.

- No te vi lo siento - me dijo, con una pequeña sonrisa amable.

- ¿Cómo está? - pregunte bruscamente, y es que no me importaba ser amable con ella solo quería saber como estaba Dimitri.

- Él está grave - me dijo, aun con su sonrisa, sin hacer caso a mi mala educación - Por ahora está en estado de coma, y no podemos hacer nada por él hasta que el despierte. Lo cual puede ser ahora o pueden pasar incluso días.

La puerta se volvió a abrir de repente, está vez era Lissa. La enfermera se volvió hacía mi me dio una ultima sonrisa y salio.

- ¿Rose, estás bien?, ¿cómo está Belikov? - pregunto.

Yo quería llorar, gritar, incluso golpear algo, sentí como la oscuridad iba invadiéndome poco a poco.

- ¿Rose?

Lissa sonaba preocupada ahora. Talvez por el hecho de que no me había movido tratando de contenerme de no hacer nada tonto. Como golpear a la estúpida enfermera que no dejaba de sonreír cuando Dimitri estaba en coma.

- Él está en coma y no saben si lograra despertarse - logre decir con voz ronca, tratando de contener las lagrimas.

- Ay Rose, lo siento tanto, se cuanto significa el guardián Belikov para ti - dijo Lissa abrazándome para reconfortarme.

Mire en su mente, ella estaba preocupada por mi, sabía que yo admiraba y respetaba a Dimitri, que éramos amigos y que él me importaba mucho, sin tan solo supiera. Ella quería ayudarme, quería curarlo para hacerme sentir mejor pero, él estaba en coma y no sabía si su poder funcionaria.

- Por favor inténtalo - le suplique, con los ojos llorosos.

Se sorprendió porque yo estuviera en su mente, pero el estar con ella hacia que me sintiera mejor. Lissa se acerco a él y trato de sanarlo. Sentí como la oscuridad poco a poco la invadía y la absorbí. Después de un largo rato de haberle quitado las contusiones y sanado algunas de las heridas, Dimitri seguía sin despertar.

Sentía como la oscuridad me estaba invadiendo cada vez más. Tenía que salir de ahí antes de que hiciera una verdadera locura como lo de Jesse. Y está vez Dimitri no iba a estar ahí para mi. Pensar en eso solo hacia que mi corazón se siguiera rompiendo en mil pedazos.

Salí de ahí y me dirigí a la cabaña. El solo estar ahí me hacia sentir bien, recordando lo que había pasado entre Dimitri y yo. Todo había sido perfecto, él me amaba, y lo mejor era que ya no iba a esconderlo más, íbamos a estar juntos.

Esa era la razón por la que tenía que despertar, teníamos que estar juntos, él me había prometido que me iba a ayudar a lidiar con la oscuridad del espíritu. Íbamos a vivir juntos en la corte. Pensando en Dimitri ahuyentaba la oscuridad me ayudo a quedarme dormida, pensando en nuestra vida juntos, como una gran familia feliz, como había dicho Lissa.


Sentí como alguien me acariciaba el pelo, abrí los ojos y vi a mi Dios ruso, mirándome dormir. Me abalance sobre él y lo rodee, puse mis brazos sobre su cuello y él sus manos en mi cadera, me abrazo y me beso el pelo. Nos quedamos así por un largo rato.

Lissa había logrado curarlo, bueno no del todo, sano sus heridas, una de ellas era una que tenía en la cabeza, la cual le había provocado el coma, y que hizo que después de un largo tiempo y muchas transfusiones de sangre, despertara.

Había dormido mas de lo que había creído, y Dimitri se había escapado de la clínica para irme a buscar, y es que estaba preocupado por mi cuando se entero que Lissa lo había sanado, porque sabía que la oscuridad me afectaría.

Me contó como fue el rescate en las cuevas, como lo habían atacado, como un Strigoi lo trato de morder, y como logro salvarse por muy poco. Estuvimos hablando durante un largo tiempo, hasta que tuvimos que volver a la Academia.

Esa noche fue mi primera pesadilla, esa noche soñé con Dimitri, pero no era mi Dimitri, no, este era un Strigoi, que trataba de matarme, a mi y a Lissa.

Sacudí la cabeza volviendo a la realidad, y es que el pensar que Dimitri no hubiera despertado nunca ó que ahora pudiera ser un Strigoi hacía que la oscuridad volviera a mi, que mi corazón se rompiera. Dimitri era lo mas importante que tenía ahora, aparte de Lissa claro, y no podía imaginar perderlo a él o a Lissa.

La Academia estaba casi vacía ahora, después del ataque, nos habían dado una especie de vacaciones, por 2 semanas mientras arreglaban todo, y reforzaban las salas. Los idiotas de Jesse, Ralph y algunos más del mana, habían sido temporalmente suspendidos.

Muchos Moroi se habían ido de la Academia durante las pequeñas vacaciones y aun no se sabia si iban a volver. En cuanto a los dhampirs, la mayoría seguían en la Academia, y es que muchos de nosotros no teníamos familias a donde ir.

Mi madre, al igual que Dimitri y otros guardianes se habían ido a la corte real, junto con Kirova, para aclarar ante el consejo real el ataque, ademas de dar cuenta de las muertes y preparar un funeral para las victimas.

El sol se había metido ahora, comenzaba el día para nosotros, se podía ver a algunos Moroi yendo hacía los alimentadores, dhampirs yendo a entrenar y a guardianes comenzando a limpiar lo que quedaba de los restos del ataque.

Me puse de pie, estaba entumida y moría de hambre, así que decidí ir a la cafetería por algo de comida, talvez una donas, o unos pastelitos. Sonreí, por lo visto Dimitri tenía razón, yo en realidad comía pura comida chatarra, recordé una vez cuando André, el hermano de Lissa, y yo hicimos una apuesta, acerca de cuanto tiempo duraba comiendo pura comida sana. Obvio gane, lo que André nunca supo, fue que Lissa me daba chocolates y dulces cuando él no estaba.

En la cafetería vi a Lissa, estaba con Cristian, Adrián y Eddie, tome unas donas, un pastelito y chocolate caliente y me uní a ellos.

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