Son las...

Blog dedicado a Fanfics en español de Vampire Academy.
Por Maris Belikov.

miércoles

CdHS - Capítulo 11


Sentí unos labios besando mi cuello seguido de un sexy acento ruso susurrándome al oído - Feliz Cumpleaños, mientras unos fuertes brazos me sujetaban. Sonreí y me apreté más a su pecho. Sin duda este era mi mejor cumpleaños, y es que, ¿quién no quisiera despertar abrazada de un perfecto dios ruso?

Está era la primera vez que Dimitri y yo dormíamos juntos, literalmente, porque aunque ya habíamos tenido relaciones, nunca había despertado a su lado, las veces que lo habíamos hecho al cabo de un tiempo teníamos que regresar a nuestras obligaciones para no ser sorprendidos por nadie, y realmente odiaba eso.

Despertar junto a Dimitri era algo a lo que podría acostumbrarme, se sentía realmente bien. . . De pronto se oyeron unos golpecitos en la puerta y ambos saltamos.

- Rose abre.

Era Lissa.

Seguíamos acostados en la cama abrazados, pero pude sentir como Dimitri se tensaba, yo volví a acomodar mi cabeza en su pecho, él intento pararse para poder escapar, pero enrede mis piernas a las suyas para no dejarlo ir. Me miro y pude ver que no le hacía gracia, Lissa seguía tocando y él tenía que huir sin que nadie lo sorprendiera.

- Rose. Despiértate ya - grito Lissa impaciente. Pude sentir su desesperación porque no le abría y lo decidida que estaba a derrumbar mi puerta.

Muy a mi pesar solté a Dimitri y me levante. De inmediato extrañe el calor de su cuerpo abrazándome.

Cuando llegue a la puerta me gire hacía él, estaba acabando de ponerse sus zapatos y ya se dirigía hacía la ventana, miro si no había nadie afuera que pudiera verlo y salto. Hice una mueca y me gire para abrir la puerta.

- Se puede saber porque me despiertas a estas horas de la madrugada - dije, mi voz no sonaba molesta, mas bien algo ronca.

Soltó una risa, sabía que si me encontraba dormida me iba a molestar porque odiaba que me despertaran y mas como ella lo había hecho.

- ¿Horas de la madrugada? - dijo sonriendo - Si ya te perdiste el desayuno, está bien que sea domingo Rose, pero aún para ti es tarde.

De pronto se abalanzo sobre mi, y me abrazo.

- ¡Feliz Cumpleaños Rose! - grito emocionada en mi oído, lo cual seguro me dejo sorda, me soltó y me miro sonriendo - Quería ser la primera en decírtelo.

- Hum. . . gracias Liss - dije tallándome el oído.

- Ten - dijo dándome una bolsa de regalo.

Una enorme sonrisa se poso en mi rostro cuando vi mi bolsa de regalo.

- Gracias Liss - dije mientras y me dirigía a mi cama para abrir mi regalo.

Lissa cerro la puerta y se vino a sentar junto a mi. Saque mi reglo y me encanto, el nuevo iPod touch.

- Muchas gracias - dije abrazándola.

- Me alegra que te haya gustado - dijo emocionada - Eso no es todo te tengo otra gran sorpresa.

Note como se esforzaba por ocultarlo para que no leyera su mente

- Wow, ¿de verdad?, ¿Cuál es?

- Está bien, pero promete no enojarte mucho y recuerda que es tu cumpleaños.

Asentí y ella tomo aire.

- Fui a ver a Kirova muy temprano en la mañana, ella aún es la directora, y hoy es tu cumpleaños y nuestro ultimo día sin clases así que le sugerí una ida al centro comercial, ya sabes el nuevo que acaban de abrir “24 horas” no muy lejos de aquí es de un Moroi, en fin, le pedí permiso para ir al cine a festejarte y ella acepto.

Lo dijo todo tan rápido y sin tomar aire que apenas y le entendí.

- ¡Podemos ir al cine! - grite emocionada, después me puse seria y la mire - ¿Por qué no querías que me enojara?

- Bueno talvez yo. . . haya usado un poco de coacción.

- ¡Lissa!

- Prometiste no enojarte, ademas es tu cumpleaños Rose, por fin tienes 18, y quería que pudiéramos salir a festejarlo.

- Bien - le dije con una sonrisa.

Debía de enojarme porque ella había usado coacción con la directora y si la sorprendían le podía haber ido muy mal pero tenía razón era el ultimo día de clases y Kirova no iba a ser mas nuestra directora, pero lo mas importante era: ¡Festejar mi cumpleaños!



Decidí que lo primero que haría al llegar al centro comercial seria comprar un nuevo despertador, Lissa había tenido razón, al parecer o nos quedamos dormidos o Dimitri me dejo descansar y dormir un poco más, pero yo me había perdido el desayuno y ahora moría de hambre.

Quedamos de vernos en el portón donde se encontraban las camionetas de la academia una vez que yo me bañara y arreglara. Lissa iría a buscar a Christian quien también se habían perdido del desayuno, se había quedado dormido gracias a que había tomado mucho la noche anterior.

Iba bajando junto con Nina al estacionamiento, cuando nos topamos con Eddie, Nina me había regalado una hermosa bufanda que ahora llevaba puesta y Eddie prometió comprarme lo que yo quisiera una vez que llegáramos al centro comercial.

Llegamos y ya nos esperaban Lissa, Christian y Adrian junto con Arturo, Alberta y Dimitri, en cuanto llegamos los tres me desearon Feliz Cumpleaños, incluyendo Dimitri quien tenía su mascara de guardián puesta.

- ¡Pequeña dhampir! Feliz cumpleaños - dijo Adrian abrazándome y luego soltando una fuerte carcajada.

- Gracias Adrian.

- No hay de que pequeña dhampir, siempre que quieras - dijo mientras me soltaba y reía - Tu regalo te lo doy después.

Fruncí el ceño y lo mire con los ojos entrecerrado.

- Sigues borracho.

Sonrió y me guiño el ojo, después volvió a soltar una fuerte carcajada y se dirigió a una de las grandes camionetas.

- Nos vamos - dije mirando a Lissa.

- Aun no, todavía falta alguien.

Moría de hambre, lo único que pensaba mi cabeza en estos momentos, ademas de lo sexy que Dimitri se veía, era en palomitas con extra mantequilla. . .

- Felicidades - dijo una voz interrumpiendo mis pensamientos.

Fue Christian, solo asentí y hubo un silencio incomodo en el que ambos nos miramos, ¿se supone que debería abrazarme?, es mi cumpleaños y todos me han abrazado hasta ahora pero. . . ¿Christian? Lissa saltaba emocionada de un lado a otro feliz por nuestro viaje, planeando lo que haríamos que no noto nuestro pequeño momento incomodo.

- Te traje algo - dijo dándome una pequeña caja.

- ¡Oh! Hum, gracias - dije mientras abría la caja curiosa por lo que Christian pudiera darme - Gracias - le dije ahora con una gran sonrisa en los labios. Se encogió de hombros.

- No es nada, llegue tarde a la cafetería y no había nada, decidí ir a el salón de cocina porque siempre hay comida ahí, estaba aburrido y los hice.

Eddie nos miro curioso y le sonríe.

- Quieres un brownie, los hizo Christian.

- ¿Christian, cocina? - pregunto dudoso, en tono de burla. Christian iba a responderle cuando Lissa grito.

- ¡Ya llegaron!, ahora si podemos irnos.

Gire para ver a quienes habían llegado, era Avery, quien me dio una sonrisa dijo felicidades y se fue a sentar a un lado de Adrian, sin que yo tuviera tiempo de contestarle.

Los otros eran Reed y Simon. Genial

- Ellos son Reed, el hermano de Avery y el es Simon su guardián - dijo señalándolos - Ellos son Rose, Nina y Eddie.

Reed me miro igual a como lo había hecho la vez ultima vez y volví a sentir escalofríos, solo asentí.

- Vámonos ya Lissa- grito Avery desde la camioneta.

Lissa corrió a sentarse junto con ella seguida por Christian, se sentaron los cuatro juntos, yo tuve que irme en la parte de atrás con Reed, Nina y Eddie. Dimitri manejaba y Simon iba en el asiento del copiloto.

Alberta y Arturo nos seguían en otro carro, por unos instantes desee irme con ellos, me sentía muy incomoda al tener a Reed a un lado mió, su aspecto era igual de osco como recordaba, y tenía cerrados los puños como si en cualquier momento fuera a golpear a cualquiera.

Tenía miedo incluso de moverme y no sabía porque él era un Moroi, se suponía que mi deber era defenderlo, ellos eran primero, pero con él era diferente, nunca antes me había sentido tan intimidada por alguien.

El centro comercial no estaba tan lejos, pero de pronto el viaje me pareció como si lo fuera.

Mire a mi alrededor, Dimitri iba concentrado en la carretera, Simon estaba muy tenso, lo único que se oía eran las risas de Lissa, Avery y Adrian y su alegre platica. A mi lado Eddie y Nina susurraban que película les gustaría ver.

Me sentía completamente ignorada, lo único que quería hacer era salir de la camioneta. Y regresar a la academia, ya no sentía tanta emocion por el cine, ni las palomitas con extra mantequilla. Tampoco me quedaban tantas ganas para celebrar mi cumpleaños.

Si, iba a ser un largo viaje.

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