Son las...

Blog dedicado a Fanfics en español de Vampire Academy.
Por Maris Belikov.

viernes

CdHS - Capítulo 24

!Atención¡

Este Capitulo contiene Spoilers y parte de 'Blood Promise' con mis modificaciones para la historia. Aunque en su mayoría es parte de 'BP' pero es necesario para la historia.


Lissa estaba furiosa, al parecer la reina estaba feliz de que tuviera a Avery como una apropiada amiga real con quien poder ir a las fiestas, en vez de a mi. También estaba igual de contenta cuando Lissa impresiono a los miembros de la realeza y dignatarios a los que ella le había presentando. Entre más recordaba su conversación con la reina mas furiosa se ponía.

- Debemos hablar acerca de tus nuevos guardianes - le había dicho Tatiana - No hay una manera delicada de decirlo, pero ahora, para bien o para mal, estas sin ninguna protección. Belikov ha sido reasignado a la “guardia dhampir” donde seguramente hará un excelente trabajo.

Lissa no sabía de la reasignación de Dimitri, que al parecer ahora ya era oficial. Y claro que, naturalmente mi nombre no salió de los labios de la reina como su futura guardiana. Para ella yo podría simplemente no haber existido.

- No necesito protección en este momento - le contesto Lissa cortésmente, no queriendo tampoco decir mi nombre, primero por que sabía que a la reina no le agradaría y segundo porque seguía demasiado molesta conmigo.

- No, pero estarás fuera de la escuela muy pronto. Creemos que hemos encontrado algunos candidatos excelentes para ti. Uno de ellos es una mujer, fue una suerte encontrarla. Esta joven chica apenas es dos años mayor que tú.

Después de eso Tatiana la había separado de la fiesta para presentarle a sus ”futuros” guardianes: un tipo sazonado llamado Grant y la joven Señorita, llamada Serena.

Ellos habían sido bastante agradables, pero sus similitudes a Dimitri y a mí habían sido aplastantes. La toma de ellos le había parecido una traición a nosotros, aún así Lissa había saludado con la cabeza simplemente y había agradecido a Tatiana.


Y como era de esperarse esto la puso mas furiosa aún, si tan solo yo hubiera estado ahí con ella, yo hubiera sabido poner en su lugar a la reina diciéndole que su guardián iba a ser yo, pero como yo estaba con Dimitri ella no había tenido el valor de decirlo.

Lissa había asentido despidiéndose cortésmente, y dirigiéndose a través de la habitación, sintiendo que estaba a punto de explotar con la ira y oscuridad. Estaba enojada con la reina por sugerirle nuevos guardianes cuando claramente ambas sabían que yo seria su guardián, también seguía enojada con Christian por haberla dejado sola, y más enojada conmigo por estar en lo que ella consideraba “mi estúpida prueba”

Tenía demasiada oscuridad acumulada, y sorprendentemente yo no la había notado hasta ahora, pues generalmente sus emociones eran tan fuertes que yo simplemente las absorbía, pero está vez eran diferentes, trate de absorberla como siempre pero por alguna razón algo no me lo permitía.

Ahora ella, junto con los demás, se encontraba en la casa de un Szelsky, Lissa realmente no conocía a su anfitrión, pero esto no importaba, salvo que sus padres estaban fuera de la ciudad.


- ¿Mirar qué? - preguntó Lissa a Avery quien la estaba llamando.

- Esto - dijo Avery, señalando el martini de Lissa - ¿Sabes cuántos te has tomado?


- No, por lo que puedo decir - dijo Adrian.

Él estaba tumbado en una silla de salón, tenía una bebida en su propia mano. Lissa se sintió un poco aficionada comparada con ellos. Mientras Avery todavía tenía su naturaleza y su coqueteo, ella no tenía el aire enloquecido o estúpido de alguien completamente borracho. Lissa no sabía cuánto la otra muchacha había estado bebiendo, pero era probablemente mucho, ya que Avery siempre tenía una bebida en su mano. Igual a Adrian que nunca se veía sin una bebida.

- Estoy bien.

Mintió Lissa, que miraba sus alrededores girar un poco y seriamente se proponía a unirse a algunas muchachas que bailaban en una mesa a través el patio. Los labios de Avery formaron una sonrisa, aunque sus ojos mostraran un poco de preocupación.

- Seguro. Sólo no te marees o algo, aquella clase de la cosa se pone alrededor, y la última cosa que necesitamos es cada uno sabiendo que la muchacha Dragomir no puede sostener su licor. Su familia tiene una reputación feroz para mantener.

Lissa derribó la bebida.

- De alguna manera, dudo que el consumo de alcohol sea la parte de la ascendencia ilustre de mi familia.

Avery empujó a Adrian y se sentó al lado de él en el sillón.

- Oye, deberías sorprenderte. En diez años, este grupo será sus pares en el consejo y tu tratarás de aprobar alguna resolución, y ellos empezaran: ¿Recuerdas cuando ella estaba alcoholizada y vomitó en aquella fiesta?

Lissa y Adrian se rieron de esto. Lissa no pensó que ella iba a marearse, pero como todo lo demás, ella se preocuparía de ello más tarde.

- Oye, puedo… ¿Ambrose?

Ella miró fijamente la sorpresa del tipo que estaba de pie frente a ella.

Si hubiera un calendario de bañador para los tipos dhampirs más calientes, éste hubiera sido el modelo de portada, aparte de Dimitri, pero solo influía en mí. Su nombre era Ambrose, y ella y yo lo habíamos encontrado en nuestro viaje allí juntas. Él tenía una piel profundamente bronceada y músculos gramaticalmente correctos debajo de su camisa de botones gris.

Él era una singularidad particular en la Corte, un dhampir quién había rechazado ser guardián y realizaba toda clase de tareas aquí, como dar masajes y si el rumor fuera verdadero, encuentros románticos con la reina. Eso todavía me daba nauseas, y eso que yo había visto algunas cosas bastante asquerosas en mi vida.

- Princesa Dragomir - él dijo, dirigiéndole una de sus sonrisas blancas perfectas - Una sorpresa inesperada.

- ¿Como has estado? - ella preguntó, de verdad contenta de verlo.


- Bien, bien. Tengo el mejor trabajo en el mundo, después de todo. ¿Y tú?

- Genial - ella contestó.


Ambrose hizo una pausa, observándola. Él no dejó caer aquella sonrisa magnífica, pero Lissa podría decir que él no estuvo de acuerdo con ella. Ella podía ver la desaprobación en la cara de Avery que la acusaba de que beber demasiado era una cosa. ¿Pero de un criado Dhamphir? Inaceptable. El comportamiento de Lissa se puso frío, y sostuvo su vaso.


- Necesito otro martini - dijo ella, su voz tan arrogante como aquella de cualquier persona perfecta de la realeza.


Él sintió el cambio de ella, y su sonrisa amistosa giro a una de indiferencia cortés.

- En seguida.

Él le dio una pequeña reverencia y se marchó a la barra.


- ¡Santo Dios! - dijo Avery, mirando admirativamente cuando él se alejó - ¿Por qué no nos presentaste a tu amigo?

- Él no es mi amigo - se rompió Lissa - Él no es nadie.

- Concuerdo - dijo Adrian, poniendo un brazo alrededor de Avery - ¿Por qué mirar a otra parte si tienes lo mejor aquí mismo?

Si yo no lo hubiera conocido un poco mejor, yo habría jurado que había una indirecta de celos legítimos debajo de su tono jovial. Lo que hizo que a mi me dieran celos, extraño ya que yo amaba a Dimitri, y quería que Adrian fuera feliz, aunque sinceramente no con Avery.

- Oye, Jailbait está aquí - dijo Adrian.

Mia, junto con Jill vino andando a zancadas por el jardín, indiferente a las miradas sobresaltadas que ella recibió. Ellos estaban claramente fuera de lugar.


- Oye - dijo Mia cuando ella alcanzó el grupo de Lissa - Mi papá fue llamado, y tengo que ir con él. Tengo que devolver a Jill.

- Ningún problema - dijo Lissa automáticamente. Aunque ella claramente no fuera feliz con Jill estando allí. Lissa todavía seguía preguntándose si Christian tenía un interés especial en ella. - ¿Todo bien?

- Sí, sólo negocios.

Mia hizo sus despedidas a cada uno y abandonó la fiesta tan rápidamente como había venido, haciendo rodar sus ojos en caras de desprecio de las otras Familias Reales y las caras de shock mientras pasaba.
 Lissa concentró su atención en Jill, que se había sentado cautelosamente en una silla cercana y miraba fijamente alrededor de ella en la maravilla.

- ¿Cómo has estado? ¿Te diviertes con Mía?

Jill se volvió hacía Lissa, mejorando su cara.

- Ah sí. Ella es realmente genial. Ella ha hecho tanto trabajo con el agua. ¡Es una locura! Y ella me enseñó unos cuantos de movimientos de enfrentamientos, también. Puedo lanzar un gancho correcto... aunque no con mucha fuerza. Ambrose volvió entonces con la bebida de Lissa. Él se la dio mudamente y se ablandó un poco cuando él vio a Jill.

- ¿Usted, quiere algo?


Ella afectó a su cabeza.

- No, gracias.

Adrian miraba a Jill con cuidado.

- ¿Estás bien aquí? ¿Quieres que te lleve a las habitaciones de invitados?

Como antes, sus intenciones no eran románticas en lo más mínimo. Parecía que él la consideraba como una pequeña hermana, y pensé que eso era lindo. Extraño pero lindo, ademas no pude dejar de notar que al igual que Dimitri y yo ellos se llevaban también siete años. Deseche rápidamente ese pensamiento de mi cabeza, Jill seguía siendo demasiado chica para él. Ademas lo que me sorprendió fue que yo no había pensado en Adrian como alguien capaz de aquella clase de comportamiento protector.
 Ella negó a su cabeza otra vez.

- Estoy bien. No quiero que tengas que marcharte, a menos que...- su expresión se puso preocupada - ¿Quieres que yo me vaya?

- Nah - dijo Adrian - Es agradable tener a alguien responsable alrededor en medio de toda esta locura. Deberías probar algo de comida, si estás hambrienta.

- Eres tan maternal - bromeó Avery, repitiendo mis pensamientos.


Una de las muchachas vio a Lissa y sonrió abiertamente. Ella abrió una mano.

- Oye, ven.

Lissa la había encontrado una vez, pero no podía recordar su nombre. El baile de repente parecía a una gran idea. Lissa terminó el bocadillo y, con la bebida en la mano, se permitió ser levantada. Esto consiguió unas aclamaciones de la gente que estaba juntada al lado. Lissa descubrió que la música malísima era irrelevante y se encontró a ella misma en ella. Ella y los movimientos de las otras muchachas varió de abiertamente sexual a burlas de la discoteca. Era toda la diversión, y Lissa se preguntó si Avery afirmaría que esto la frecuentaría en diez años también.


Al cabo de un rato, ella y los demás realmente intentaron algunos movimientos sincronizados. Ellos comenzaron moviendo sus brazos en el aire y luego circularon a algunos puntapiés de línea de coro. Aquellos puntapiés resultaron desastrosos. Un paso en falso de Lissa se gastaba los talones de repente le enviaron sobre el borde de la mesa. Ella perdió el equilibrio y casi cayó antes de que un par de brazos la agarrara y la pusieran derecha.

- Mi héroe - refunfuñó ella.

Entonces ella consiguió echarle una buena mirada a la cara de su salvador.


- ¿Aarón?

El "ex novio" de Lissa y el primer tipo con el que ella había dormido alguna vez la miró bajo una sonrisa y la liberó una vez que él pareció seguro que ella podría soportarse. Con el pelo rubio y de ojos azules, Aarón era guapo como una clase de surfista del camino. Yo no podía menos que preguntarme lo que habría pasado si Mia lo hubiera visto. Ella, Aarón, y Lissa habían estado implicados una vez en un triángulo digno de cualquier telenovela.


- ¿Qué haces aquí? Pensábamos que habías desaparecido - dijo Lissa.

Aarón había abandonado la Academia hace unos meses.


- Voy a la escuela en New Hampshire - contestó él - Visitaba aquí a la familia.

- Bien, es estupendo verte - dijo Lissa.

Las cosas no se habían terminado bien entre ellos, pero en su estado inconveniente, ella quiso decir sus palabras. Ella había bebido bastante como para pensar que era genial reencontrarse en la fiesta.


- Para mi también - dijo él - Te ves asombrosa.

Sus palabras la golpearon más de lo que ella había esperado, probablemente porque todos los demás aquí habían implicado que ella pareció destrozada e irresponsable. Y desintegrada o no, ella no podía menos de recordar como atractivo ella lo había encontrado alguna vez. Francamente, ella todavía lo encontraba atractivo. Ella solo no lo amaba más.


- Deberíamos mantener contacto - dijo ella - Avísanos que haces.

Durante un momento, ella se preguntó si ella debería haber dicho que, en la luz de tener novio. Entonces ella rechazó sus preocupaciones. No había nada incorrecto con andar con otros tipos en particular ya que Christian no se había preocupado en venir con ella a este viaje.


- Me gustaría eso - dijo Aarón. Había algo en sus ojos que ella encontró agradablemente desconcertante - ¿Supongo que no conseguiré un beso de despedida por haberte salvado?

La idea era absurda entonces, desde un momento, Lissa se rió. ¿Qué importaba eso? Ella amaba a Christian y un beso entre amigos no significaría nada. Alzando la vista, ella dejó a Aarón acercarse y ahuecar su cara. Sus labios se encontraron, y no se podía negar, el beso duró un poco más largo que uno amistoso. Cuando este se terminó, Lissa se encontró sonriendo como una colegiala aturdida, aunque, técnicamente lo era.


- Te veo luego - dijo ella, dirigiéndose atrás hacía sus amigos.


Avery tenía una mirada que la castigaba, pero no era sobre Aarón y el beso.

- ¿Estás loca? casi te rompes una pierna. No puedes hacer esas cosas.

- Se supone que tu eres divertida - indicó Lissa - No fue una gran cosa.

- La diversión no es lo mismo que ser estúpido - replicó Avery, con cara seria - Tu no puedes ir haciendo esas cosas estúpidas. Pienso que deberíamos volver a las habitaciones.

- Estoy bien - dijo Lissa.

Ella tercamente miró lejos de Avery y en cambio se concentró en algunos tipos que hacían tiros de tequila. Ellos parecían tener alguna clase de concurso, y mitad de ellos parecían idos.


- Define bien - dijo Adrian irónicamente.

Aún él parecía preocupado.


- Estoy bien - repitió Lissa. Su mirada fija atrás a Avery - No me hice daño en absoluto.

Ella había esperado la pena sobre Aarón, y francamente yo también, y ambas estuvimos sorprendidas de que ellos no le habían dicho nada, lo hizo aún más sorprendente cuando quien lo dijo fue otra persona.


- ¡Tu besaste a aquel tipo! - exclamó Jill, inclinándose adelante. Su cara era horrorizada, y ella no mostró ninguna de su resistencia habitual.


- No fue nada - dijo Lissa, que estaba molesta por tener a Jill reprendiéndola frente a toda la gente - Seguramente no es tu problema.

- Pero tu estas con Christian! ¿Cómo pudiste hacerlo eso a él?

- Relájate, Jailbait - dijo Avery - Un beso borracho no es nada comparado con una caída borracha. Dios sabe que he besado a muchos tipos bebidos.

- Y aún, no fui besado esta noche - para mis innecesarios celos reflexionó Adrian, con una sacudida de cabeza.


- No importa – dijo Jill. Ella había crecido para gustar y respetar a Christian - Tu lo engañaste.

Con aquellas palabras, Jill podría haber practicado también su gancho correcto
en Lissa.

- ¡No lo hice! - Lissa exclamó - No arrastres tu amor hacía él e imagines cosas que no están allí.

- No imaginé aquel beso - dijo Jill, enrojeciendo.


- Aquel beso es la menor parte de nuestras preocupaciones - suspiró Avery - En serio, déjenlo por ahora, chicas. Hablaremos en la mañana.

- Pero… - comenzó a Jill.


- Ya la oíste. Déjalo - una nueva voz gruñó. Reed Lazar apareció de la nada y surgió sobre Jill, su cara más asustada como nunca antes. . .

Por suerte deje el drama colegial no porque hubiera querido o porque Reed apareciera, más bien fue porque un fuerte ruido me hizo volver a la realidad, mientras un fuerte brazo me detenía en el asiento.

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