Son las...

Blog dedicado a Fanfics en español de Vampire Academy.
Por Maris Belikov.

miércoles

CdHS - Capítulo 23


!Atención¡


Este Capitulo contiene Spoilers y parte de 'Blood Promise' con mis modificaciones para la historia.


- Buenos días hermosa - dijo un hermoso acento ruso - ¿Qué quieres desayunar?

Sonreí de oreja a oreja.

- ¡Pizza! - grite emocionada.

Gruño.

- No, Roza eso no es desayuno - dijo con sus labios en mi cuello.

- Claro que si, está en el menú - dije señalando el menú en una de las mesitas que había a un lado de nosotros.

- Eso es porque para los humanos es de noche. Nosotros no vamos a desayunar pizza.

- Si, si vamos.

- No, no vamos, ese no es desayuno.

- ¡Y nieve! - dije ya con hambre.

Estábamos acostados en nuestra cama de hotel, después de una muy larga noche. El día anterior habíamos ido, por fin, a mi prueba. Me había ido excelente, fue casi como un día normal de entrenamiento con Dimitri. Después de eso llegamos al hotel para festejarlo.

- Podemos pedir unos sándwiches - sugirió Dimitri tomando el menú.

- No, ya lo habíamos discutido, vamos a desayunar pizza - dije quitándole el menú.

Negó la cabeza.

- ¡Oye! ¿a dónde vas? - pregunte cuando vi que se paraba de la cama, tomándolo del brazo para que no se fuera.

- A pedir la pizza - dijo dándome un pequeño beso en los labios. Sonreí.

- Y que no se te olvide la nieve camarada.

Volvió a negar la cabeza y tomo el teléfono, ordeno la pizza y fruta.

- ¿Fruta? Eso no combina.

No me contesto en vez de eso se dirigió al baño. Me pare de la cama y corrí a abrazarlo, me tomo en sus fuertes brazos y me llevo con él. Debo decir que fue la mejor ducha de mi vida.

Después de un tiempo llego nuestra comida y nos sentamos en una de las camas que había en el cuarto para desayunar. En la academia nos habían ordenado un cuarto con dos camas para amos. Claro que nosotros ignoramos a una de ellas.

- No sabía que podíamos pedir servicio a la habitación - le pregunte tomando un rebanada de pizza.

Se encogió de hombro.

- Si podemos - dijo sonriendo - La escuela paga recuerdas.

Era verdad mi prueba había sido por cuenta de la escuela, lo que significa que ademas del hotel podíamos pedir lo que quisiéramos.



Después de desayunar salimos a caminar por las calles. Era una noche linda había luna llena y todo se veía hermoso, debía de ser por el dios ruso que tomaba mi mano.

- Te amo - le dije abrazándolo.

- Y yo te amo a ti, más de lo que puedes llegar a imaginarte - dijo inclinándose para besarme.

Coloque mis manos alrededor de su cuello y él las suyas en mi cintura. Amaba esto. No teníamos que fingir, podíamos besarnos en publico y no habría gente que nos juzgara. Parecíamos una pareja feliz cualquiera.

No teníamos que preocuparnos tampoco por los Strigoi. Estábamos en el centro de la ciudad. Estaba iluminada por las luces de la ciudad, y era por eso que a ellos no les gustaba mucho venir por aquí. Eso no significaba que no hubiera, y llevaba mi nueva estaca conmigo.

- ¿Qué vamos a hacer hoy camarada? - pregunte luego de que nos separáramos.

- Podemos hacer lo que tu quieras hermosa.

Sonreí. Amaba cuando me decía hermosa. Mire a mi alrededor, por desgracia estábamos en una ciudad principalmente humana y no había mucho que hacer para nosotros. Eso no me importaba solo quería estar con él.

- Vamos por una nieve - dije arrastrándolo a una cafetería.

- Creí que habías dicho que querías una nieve - dijo sonriendo.

- Luego, ahora quiero un brownie.

Me fui a sentar a una de las mesas que había en la tienda y Dimitri fue a pedir los brownies. No supe como paso pero de repente yo ya no me encontraba ahí.


Estaba en un jet privado llegando a la corte, al parecer al final Christian había convencido a Lissa para llevar a Jill pues ella estaba sentada en uno de los asientos. Avery le ofreció una copa de champán a Jill quien apenas pudo balbucear un - N… no gracias.

Lissa notaba a Jill intranquila pero no hizo mucho para remediarlo. Eso me sorprendió. La Lissa que yo conocía habría hecho que Jill se sintiera cómoda e incluida. Afortunadamente, la joven chica parecía perfectamente entretenida viendo las payasadas de los demás.

Me sentí mas relajada al saber que Jill estaría bien una vez que ella se reuniera con Mia. Lissa había enviado un recado dirigido a Mia para que recogiera a Jill cuando aterrizaran. Pues Lissa y los demás tenían que atender una de las funciones de Tatiana de inmediato.

Mia le había dicho que ella tomaría a Jill bajo su ala por el fin de semana y le mostraría algunas cosas innovadoras que había aprendido hacer con agua.

Lissa se alegro por eso, feliz de que ella no sería la niñera de una estudiante de primer año todo el fin de semana.
 Incluso si Jill estaba totalmente fuera del radar de Lissa una persona no lo estaba: Reed el hermano de Avery. Su padre había decidido que sería una buena idea para Reed ir con ellos.

Lissa trataba de no ponerle demasiada atención. Principalmente, ella estaba molesta porque Reed Lazar era todavía tan desagradable como había sido el primer día que ellos se conocieron. Verdaderamente él era el polo opuesto de Avery.

Él no era mezquino o algo; solamente se sentía incomoda estando alrededor de él. En vista de que ella siempre estaba animada y podía entablar una conversación, él se quedo con la boca cerrada y solo hablaba cuando le hablaban. Lissa no podía realmente decir si eso era timidez o arrogancia. También lo vio alguna vez hablando con Simon el guardián de Avery. Él también había venido.

Cuando el avión aterrizo, Mia era tan buena como sus palabras. Saludo con entusiasmo cuando Lissa bajo del avión, sus rubios rizos se sacudían en el viento. Lissa le devolvió la sonrisa y se dieron la una a la otra un abrazo de lado, algo que nunca dejaba de divertirme dado su antiguo estado de enemigas.

Lissa hizo las presentaciones para aquellos que lo necesitaban cuando una escolta de guardianes los llevó fuera de la pista de aterrizaje hacía la parte interior de la Corte. Mia le dio a Jill una bienvenida tan calurosa que la intranquilidad de la joven chica se desvaneció y el entusiasmo brillo en sus ojos verdes. Sonriendo afectuosamente, Mia desvió su mirada de Jill hacía Lissa.


- ¿Dónde esta Rose? - pregunto Mia alegremente, se hizo silencio, sentí como un poco de oscuridad invadía a Lissa - ¿Que? ¿Que dije?

- Rose está haciendo una de sus pruebas con el guardián Belikov - dijo Lissa en tono seco.

A Mia también le sorprendió el tono seco de Lissa pues no volvió a preguntar nada mas y camino detrás de ella. Avery puso gentilmente un brazo alrededor de Lissa mientras se dirigían a sus habitaciones reales.


- Roza, ¿te encuentras bien?

Regrese de nuevo a la cafetería. Dimitri me miraba con ojos preocupados. Mientras acariciaba mi mejilla. Asentí.

- Descuida camarada, solo visite a Lissa - dije sonriendo.

- ¿Todo está bien? - sabía que no se refería exactamente a Lissa, si no a la oscuridad que pudo haberme invadido.

- Si todo está bien.

- ¿Estas segura? - dijo aun preocupado.

- Si, descuida, no he sentido la oscuridad del espíritu ni nada - era verdad, podía sentir como a Lissa la invadía pero por alguna razón a mi no me causaba efecto.

Estuvimos en la cafetería por algún tiempo. Después de eso regresamos a nuestra habitación a ver una película. Yo por supuesto quería ir a un bar, pero a Dimitri no le había agradado tanto mi idea como supuse.


- - -


Íbamos en la carretera, rumbo a la corte, yo iba acurrucada en el abrigo de Dimitri. La noche anterior le había contado de mi pequeña discusión con Lissa y como ella estaba enojada conmigo por no haber ido a la corte, él sugirió que podíamos ir si yo quería.

No quería hacerlo, estando allí no tendríamos libertad para estar juntos como ahora, y ademas quedaba como a unas 8 horas de donde nosotros estábamos. Era un largo viaje, no es que no me gustara viajar con Dimitri.

Dimitri sugirió que podría enseñarme su nuevo trabajo, y hablar con sus nuevos jefes acerca del departamento en el que viviremos. Y así poder ir a buscar uno juntos. Esa idea si me gustaba.

Nos detuvimos en una gasolinera para cargar el coche y por algo de comer.

- ¿Qué pasa? - dijo tomando mi mano ayudándome a salir.

- No mucho, solo tengo un poco de frió, yo no soy del polo norte como tu.

- Cuantas veces tengo que decirte que de donde yo soy no es tan diferente como aquí - dijo abrazándome para que se me quitara el frió.

Entramos a la tienda, y Dimitri me compro un sándwich, lo tome y salí de la tienda mientras él estaba terminando de pagar la comida y lo del auto.

Con mi sándwich en mano, camine a la parte posterior de la estación de servicio para una mejor vista. Toda la civilización que la estación de servicio proveía desapareció.

Aun quedaban los últimos restos de nieve interminable que se extendían frente a mi, y todo estaba quieto y silencioso, salvo por el sonido distante detrás mió. Mire a la nieve lisa, de un pie de altura, una idea loca me vino a la mente. Me deje llevar, cayendo de espaldas al suelo.

La gruesa capa de nieve me abrazo, y yo me quede ahí un momento. Luego moví las piernas y brazos de arriba hacía abajo, haciendo nuevos huecos en la nieve. Cuando termine, no me levante. Simplemente me quede ahí, mirando el cielo azul.

- ¿Qué… - pregunto Dimitri - …estas haciendo? Creí que habías dicho que tenías frió, además estas enfriando tu sándwich.

Su sombra me cubrió, mire a su alta forma. A pesar del frío, el sol había salido, y sus rayos tocaban su cabello. Podría haber sido un ángel, pensé.

- Estoy haciendo un ángel en la nieve – conteste - ¿No sabes lo que es eso?

- Si, lo sé. Pero, ¿por qué? Creí que tenías frió.

- No demasiado, a decir verdad. Mi cara un poco, supongo.

Él meneó la cabeza y me dedico una sonrisa.

- Vas a volver a tener frío cuando estés en el auto y toda esa nieve comience a derretirse.

- Creo que estas mas preocupado por el auto que por mi.

Se rió.

- Estoy más preocupado porque te de hipotermia.

- ¿Con esto? Esto no es nada - golpeé el suelo a mi lado - Vamos, haz uno tu también, y luego podemos irnos.

Él continuó mirándome.

- ¿Así me congelo también?

- Así puedes divertirte. Puedes dejar tu marca en Idaho. Además, ¿no debería molestarte en absoluto, ¿verdad? ¿No tienes una súper resistencia por Siberia?

Él suspiro, una sonrisa aún en sus labios. Era suficiente para calentarme aún en este clima.

- Ahí vas de nuevo, convencida de que Siberia es como Antártica. Soy de la parte sur. El clima es casi como el de aquí.

- Estas poniendo excusas - le dije - A menos que quieras llevarme a rastras hasta el auto, vas a tener que hacer un ángel también.

Dimitri me estudio por unos largos minutos, y creí que realmente me llevaría
a la fuerza. Su expresión estaba llena de cariño que hacía que mi corazón se acelerara. Luego, sin previo aviso, se tiro en la nieve a mi lado, quedándose allí callado.

- Ok - dije cuando no hizo nada mas - Ahora debes mover las piernas y brazos.

- Sé como hacer un ángel en la nieve.

- ¡Entonces hazlo! De otra forma, pareces la forma de tiza en una escena de crimen.

Él río de nuevo, y el sonido era rico y tibio en el aire. Finalmente, después de un poco de convencimiento de mi parte, movió sus piernas y brazos también, haciendo un ángel él mismo.

Cuando termino, esperaba que se levantara y demandara que nos fuéramos, pero en cambio, se quedo ahí también, mirando el cielo y las montañas. Paso sus brazos alrededor de mi y me tiro hacía él, y me beso durante un largo tiempo.

- Te amo - le dije mientras nos levantaba a ambos.

- Y yo te amo a ti Roza - sentí mariposas al escuchar la intensidad con la que lo decía - Ahora vamos es hora de irnos si queremos llegar temprano.

- Bien es mi turno de manejar, así llegaremos más rápido.

Me ignoro y abrió la puerta del copiloto para que entrara, seguíamos tomados de la mano. Iba a decir uno de mis comentarios cuando me tiro hacía él y me beso, después suavemente me empujo en el asiento y cerro la puerta.

Después de un tiempo me quede dormida, solo que en vez de soñar me encontré en la mente de Lissa de nuevo.

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